La violencia bipartidista que se desató después de la muerte de Gaitán
se fue agudizando y contribuyendo a la formación de guerrillas liberales y
comunistas. Los dirigentes del Partido Liberal, que desde el mandato de Mariano Ospina Pérez se habían retirado del
gobierno, no participaban en las elecciones para el Congreso, ni en las
elecciones para la Presidencia, y no quisieron tomar el cupo mínimo de sillas
que tenían en el cuerpo legislativo. Se habían sentido sin garantías para
lograr la participación que deseaban. De esta forma Laureano Gómez ganó las elecciones
presidenciales con solo 14 votos en contra. Con la muerte del representante
Gustavo Jiménez y las heridas al ministro Jorge Soto en un tiroteo en el
Congreso en septiembre de 1949, el presidente Ospina declaró turbado el orden
público, teniendo que clausurar el Congreso.
El partido conservador se encontraba dividido entre los seguidores de
Laureano y los seguidores de la familia Ospina. Los Ospina no estaban contentos
con la labor de Laureano y menos con los poderes autoritarios que estaba
adquiriendo; en particular el ex presidente Mariano Ospina Pérez había buscado una alianza con
el ejército a través de Rojas Pinilla. Más tarde apoyarían el golpe con la
vocería de doña Berta Hernández de Ospina. Entre los que apoyaron el golpe
estaban los políticos Gilberto Alzate Avendaño y Lucio Pabón Núñez. Es por esto
que el ex presidente Darío Echandía calificó el golpe militar de
Rojas como un "golpe de opinión".
Laureano Gómez había permanecido ausente del palacio presidencial por
razones de salud, no gobernaba enteramente, sino que ejercía parcialmente el
control del gobierno recibiendo y enviando razones a Roberto Urdaneta que lo
reemplazaba en calidad de primer designado.
Todos estos fueron factores que contribuyeron a preparar el terreno para
la aceptación del golpe de estado de 1953 como un acontecimiento
deseable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario